¿Qué es un Estado Fallido? Por qué fracasan los Estados

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Introducción

Cuando escuchamos hablar de un «Estado fallido», suelen venirnos a la cabeza imágenes de caos, pobreza y violencia. Pero, ¿qué significa realmente que un Estado falle? Si quieres aprender todo lo que necesitas saber sobre los Estados fallidos, este es tu artículo.

Definición y Elementos Básicos del Estado

Antes de poder definir que es un Estado fallido, debemos entender qué es un Estado en sí mismo. Aunque la definición varia atendiendo al autor, a grandes rasgos y por no complicarlo, podemos definirlo como una organización política que impone su voluntad a los individuos que habitan en un determinado territorio. En esta definición se muestran los elementos básicos que todo Estado debe tener para poder existir:

  • Soberanía: Capacidad de la estructura política para imponer unilateralmente su voluntad y mantener el monopolio exclusivo de la violencia. Estas se ven reflejadas interna y externamente para un Estado reconocido y efectivo en los siguientes elementos:
    • Bandera e himno nacional.
    • Instituciones de gobierno funcionales.
    • Representación en organizaciones internacionales.
    • Reconocimiento por parte de otros Estados.
  • Territorio: Un área geográfica sobre la que se ejerce la soberanía.
  • Población: Un grupo humano sobre el cual se ejerce la soberanía.

¿Qué es un Estado fallido y qué tipos hay?

Un Estado fallido es aquel donde la soberanía no se ejerce de manera efectiva sobre su territorio y población, produciéndose vacíos de poder que degeneran en caos social (ausencia real de un sistema jurídico que mediante sus normas e instituciones regulan la vida en sociedad y la resolución de conflictos), no provisión de servicios básicos que un Estado debe proveer (seguridad, infraestructura y estabilidad macroeconómica) y/o competencia del Estado con actores no estatales por tener el control de la toma de decisiones.

Si nos ponemos a pensar sobre la soberanía del territorio en los Estados fallidos, nos daríamos cuenta de que el problema está en que una cosa sería quién dice la ley formal que gobierna y, otra distinta, quién lo hace realmente. Por tanto, terminamos ante la pregunta, ¿quién gobierna y toma las decisiones?

Este concepto que hemos elaborado sobre los Estados fallidos, trata de ser lo más genérico posible. Uno de los problemas que nos encontramos en el estudio de estos, es que cada academia y organismo, ha tendido a crear un concepto acorde a sus objetivos. Por lo que no existe una definición clara del mismo.

Atendiendo a todo lo indicado, las características más comunes de los Estados fallidos son:

  • Pérdida del monopolio de la violencia → Las fuerzas del orden no pueden controlar a grupos armados, guerrillas, mafias o milicias que operan dentro de su territorio.
  • Instituciones débiles o inexistentes → El gobierno es incapaz de hacer cumplir la ley, garantizar derechos o proporcionar servicios esenciales.
  • Colapso económico y social → Alta pobreza, hiperinflación, escasez de recursos y una economía informal dominante.
  • Corrupción extrema y falta de legitimidad → Los ciudadanos dejan de confiar en el gobierno, y las élites usan al Estado para su beneficio sin atender las mínimas necesidades para el conjunto del pueblo.
  • Intervención extranjera → Actores externos influyen de forma crítica sobre la dinámica política interna del Estado, ya sea sobre la una parte o la totalidad de la estructura política, el territorio o la población.
  • Dependencia de ayuda externa → El país necesita de otras naciones, actores extranjeros u organismos internacionales para sobrevivir.

Por último, es importante destacar que los Estados pueden fracasar debido a dos motivos subyacentes. La ineficacia de sus instituciones o la falta de compromiso y respeto de sus ciudadanos con las instituciones y las normas. Ambas situaciones por separado o conjuntamente, nos puede llevar ante un Estado con las características expuestas.

Influencias externas

Un Estado fallido puede ser influenciado por otros actores externos incluidos otros Estados.

Las acciones hostiles de un Estado contra otro muestran un gran abanico de acción. La más grave de toda es la agresión militar directa. Es decir, las guerras. Sin embargo, como dijimos estas no son causantes de los Estados fallidos porque guardan su propia dinámica.

No obstante, al margen de las guerras, encontrarnos todo ese abanico de acción por el que pueden darse influencias externas de otros actores en la dinámica del funcionamiento de un Estado. Estas acciones sí que podrían provocar, indirectamente, que acabemos ante un Estado Fallido. Algunas de ellas apoyo a determinadas facciones internas, sanciones, intervención indirecta, etc.  

En resumen, la pérdida de soberanía en los Estados fallidos provocada por otros actores estatales o no estatales, viene a ser una influencia sobre la dinámica que se da en estos y que degenera en dicha pérdida. Mientras, la guerra implica pérdida de soberanía por la acción militar directa de otro Estado.

La guerra y los Estado fallidos.

Es importante marcar una línea clara y entender que una guerra entre Estados no es un factor causante de los Estados fallidos. La guerra entre Estados es un conflicto armado donde dos o más entidades políticas con soberanía, territorio y población propia se enfrentan militarmente de forma directa. El objetivo de estas es influir sobre la toma de decisiones del otro Estado, así como, capturar una parte o la totalidad de su territorio y/o población. Por tanto, no tienen por objetivo el fracaso del Estado, sino obtener cesiones del mismo.

En este punto, también debemos aclarar que la guerra civil si sería una consecuencia de un Estado fallido. Ya que, esta es producto de una pérdida del monopolio de la violencia a favor de actores no estatales dentro del territorio del Estado.

Consecuencias y Dinámica de los Estados Fallidos

A pesar de que el colapso de un Estado ocurre dentro de sus fronteras, su inestabilidad puede propagarse a nivel regional y global debido a la proximidad o globalización. Por ello, entre las consecuencias más visibles de los Estados fallidos destacan:

  • Conflictos prolongados y guerras civiles.
  • Migraciones forzosas y crisis humanitarias.
  • Violaciones de derechos humanos.
  • Expansión del terrorismo, tráfico de armas, drogas y redes criminales transnacionales.
  • Diseminación de enfermedades debido a la falta de control sanitario.

El fracaso estatal también puede dar lugar a la formación de nuevos Estados cuando estos se disgregan, aunque el proceso suele ser violento y prolongado. Por ejemplo, la disolución de Yugoslavia en las distintas repúblicas balcánicas.

Indicadores de Estados Fallidos

Existen diversos índices que buscan evaluar el nivel de fragilidad de un Estado. Sin embargo, estos deben tomarse con cautela, ya que suelen centrarse en variables cuantitativas, sin considerar aspectos cualitativos.

Además, aunque los indicadores cuantitativos se elaboran teniendo en cuenta aspectos cualitativos, estos últimos no han sido claramente definidos. Incluso, se ha llegado a elaborar indicadores apoyados en conceptos complejos que a su vez derivan de otros conceptos también complejos. Por tanto, estos indicadores pueden llegar a tener sesgos importante.

Por otro lado, estos indicadores tratan de dar respuesta a los objetivos de las instituciones que están estudiando el concepto. Ello puede llevar a que se vinculen al estudio de los Estados fallidos, cuando las magnitudes analizadas para construir los mismos no sean del todo adecuadas.

A continuación, indicamos algunos indicadores que se utilizan algunas instituciones para analizar la fragilidad de un Estado:

  • CIA: Political Inestability Task Force.
  • USAID: Fragile states strategy.
  • Foreing policy: Failed states index.
  • Fondo para la paz: Failed y fragile States.
  • Carton univiersity de Canadá: Country Indicator.

Respuestas Internacionales ante los Estados Fallidos

La comunidad internacional responde ante los Estados fallidos para solventar la situación mediante dos enfoques principales:

  • Ayuda humanitaria: Para aliviar las crisis humanitarias y mitigar el sufrimiento de la población.
  • Intervención militar: Justificada por la inestabilidad regional o amenazas globales como el terrorismo.

Otra estrategia utilizada es el nation-building, cuyo objetivo es dotar al Estado de herramientas para evitar el colapso en el futuro. Por ejemplo, mediante la inversión para el desarrollo económico del país, entrenamiento de las fuerzas de seguridad del país, asistencia en la elaboración y optimización de la administración y legalidad, …

Sin embargo, este último concepto se ha politizado y a menudo se emplea para justificar determinadas acciones internacionales que se alejan del objetivo real de ayudar al Estado fallido en cuestión. Ya que, actores con otros intereses pueden influir sobre la ayuda que en este sentido presta su Estado. Además, este concepto también se ha utilizado para justificar intervenciones que no serían lo adecuado para un Estado que realmente no se encuentra fallido.

A lo largo de este apartado hemos abordado la respuesta para los casos en que se pretende solucionar el problema de los Estados fallidos desde la esfera internacional. Sin embargo, aunque esta puede actuar tanto como un factor estabilizador en determinadas ocasiones, también lo puede hacer como factor desestabilizar. En estos últimos casos, las influencias externas son catalizadores de la caída en desgracia de una Estado.

Las actuaciones de los distintos actores internacionales irán en un sentido u otro, dependiendo de los intereses que tengan el resto de potencias y actores dentro de dicho Estado.

Conclusión

En definitiva, los Estados fallidos no surgen de un día para otro. Son el resultado de un proceso de deterioro institucional, pérdida de legitimidad y fragmentación social. Entender cómo y por qué fracasan es clave para prevenir nuevas crisis… o al menos para no alimentar fuegos que ya están ardiendo.

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Bibliografía

​Alonso Berrio, M. (2003). Los Estados fallidos. En Nuevos riesgos para la sociedad del futuro (pp. 199-227). Ministerio de Defensa de España. Recuperado de https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/P/D/PDF253.pdf

​Zapata Callejas, J. S. (2014). La teoría del Estado fallido: entre aproximaciones y disensos. Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, 9(1), 87-110. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/927/92731211004.pdf

​​Zarama Salazar, F. (2013). La debilidad del Estado como factor explicativo de los conflictos armados en África subsahariana en el período de la pos Guerra Fría. [Trabajo de grado, Universidad del Rosario]. Repositorio Institucional EdocUR. Recuperado de http://repository.urosario.edu.co/handle/10336/4577

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